“NUNCA ES TARDE PARA SER LO QUE DEBERIAS HABER SIDO”.
Cuando
eras niño y algún adulto, (padres, tíos, abuelos, profesores, …)
te preguntaban ¿y
tu…que quieres ser de mayor?,
la respuesta en el 99% de los casos era espontánea y clara,
cargada de ilusión, inocencia, convencimiento y alegría. Respuestas
que salían desde el corazón sin ningún condicionante, siendo
incluso capaces de visualizarnos en ese mismo momento vestidos como,
bomberos, policías, enfermero/as, maestro/as…
Cuando
pasan los años y el niño, que ha dejado de serlo se convierte en un
adolecente de 16, 18, 20, 25 años y lanzamos la misma pregunta, nos
encontramos en un gran porcentaje con respuestas como: “No
lo sé”, “Aun no se que carrera coger o a que dedicarme”, “A
lo que me de la nota”…, en los peores casos “No me gusta hacer
nada”, “No se para que sirvo profesionalmente”...
Me pregunto qué ha fallado para que esos sueños y esas metas que estaban tan claras cuando éramos niños, esos sentimientos y esa ilusión, se distorsione hasta tal punto en tan poco tiempo.
Mi
planteamiento y seguro que el de muchos padres y educadores es
¿cuáles pueden ser los desencadenantes en tan pocos años de
desarrollo que llevan a muchos adolescentes hoy a manifestarse
carentes de sueños, faltos de ilusión?. ¿A qué se debe que un
gran porcentaje de los adolescentes, se desarrollen y crezcan
cargados de “dudas”, “miedos” e inseguridades en si mismos y
sobre su futuro?. ¿De quién están aprendiendo o adquiriendo
inconscientemente esos modelos?.
Reflexión:
Reflexión:
Ante
esta situación ¿cúal ha sido y es nuestra responsabilidad como
adultos y como sociedad?. ¿Realmente está funcionando correctamente
nuestro modelo educativo?. ¿Son acertados los valores que inculcamos
a los más pequeños desde su infancia, tratando de seguir e imponer
el mismo modelo y las mismas normas sociales, morales y éticas con
las que nos han y seguimos “educando”? ¿Verdaderamente estamos
conformes con el futuro que estamos creando o se nos está escapando
algo?.
PRIMEROS PASOS (Parte II)
PRIMEROS PASOS (Parte II)
Si
nos autoanalizamos por un momento, desde nuestra posición de
adultos, ¿estamos plenamente convencidos de que este modelo ha
funcionado y funciona en nuestra vida? Y si no es así ¿por qué
pensar que funcionara en la de nuestros niños
La situación real si nos referimos a adultos de entre 30 ó 40 años, quienes supuestamente deberían encontrarse en el momento álgido de su vida y carrera profesional ¿cuántos de ellos no viven resignados, se muestran infelices o “no” se sienten realizados con su trabajo? ¿Cuántos adultos y profesionales se sienten hoy en día totalmente faltos de seguridad, de ilusión en su vida y con su profesión? ¿Cuántos han dejado de creer en ellos mismos y perder el sentido de sus vidas al perder un trabajo, una casa, una posición social, una familia?
Sin
ir más lejos ¿cuantos de nosotros no nos hemos sentido alguna vez
víctimas de la rutina, resignados a continuar con un trabajo en el
que no te sientes realizado, por el simple hecho de necesitar dinero
o por mantener una categoría o estatus social, sujetos a unas normas
sociales para sobrevivir, ….en definitiva muy muy lejos de la
perspectiva de futuro y de vida con la que soñábamos de niños?.
Por
lo tanto ¿estamos convencidos de que nuestro modelo funciona en
nuestra vida y funcionará en la de nuestros hijos al 100% o solo nos
intentamos convencer de que es lo correcto o lo que conocemos?
¿Serán
tus/nuestros hijos plenamente felices en su edad adulta siguiendo los
mismos patrones de educación, metas y valores materiales que
nosotros?. ¿Estamos seguros de que se sentirán verdaderamente
realizados en su vida pese a cualquier contratiempo económico por
ejemplo? ¿Les estamos dando los medios, herramientas, valores
humanos y sociales para que no cometan los mismos errores en sus
vidas?
Reflexión:
Yo
como adulto me pregunto qué puedo hacer para que algún día mis
hijos no caigan en los mismos errores ni sigan un modelo que para mi
y cientos de miles de personas no ha resultado, en palabras comunes “
para que no se lleven el batacazo”.
¿Cómo
y cuales deberían ser sus verdaderas metas y valores? ¿Por
que hacer de una carrera, profesión o un puesto de trabajo un
modelo tan terrible como una obligación social de por vida,
algo impuesto que deberán asumir por encima de su esencia, de sus
ilusiones, en algunos casos de su verdadera vocación, solo porque
hay que trabajar para vivir? ¿Realmente se educa a personas o a
números? ¿Realmente estos modelos de educación para la vida harán
a las personas y profesionales más competitivas y potencialmente
valiosos para esta sociedad?
VOLVIENDO AL KILOMETRO CERO
Cuando
la vida te obliga a parar y más en estos momentos de crisis e
incertidumbre, de sentimientos de fracaso y desorientación ¿No
deberíanos pensar en volver al principio, retroceder en nuestra
trayectoria profesional y de vida y buscar el origen o momento en el
que dejamos de ser nosotros mismos para pasar a ser un numero de la
Seguridad Social, una hipoteca, una cifra de nuestra sociedad
“moderna” y “desarrollada”?. Que lejos queda todo esto de
nuestro verdadero potencial!!.
Es
obvio que esto nada tiene que ver con los niños!!. Los más pequeños
nacen queriendo, aman, viven el día a día con ilusión,
intensidad, amor y son sensibles a los pequeños detalles de lo pasa
a su alrededor, son verdaderas esponjas a punto de estrenarse,
especialmente en su entorno familiar. ¿Por
qué pensar que eso hay que reeducarlo, dejarlo en segundo plano?
¿Por
qué no pensar que son ellos los más Pequeños los “Grandes
Maestros” capaces de devolvernos y reeducarnos en esos valores que
nosotros como adultos hemos perdido?
Por
qué no trabajar en que su “educación” se centre en mantener
estos valores y potenciarlos como lo más prioritario
de
toda su experiencia y proyecto de vida: Amor, ilusión por la vida,
metas claras y alcanzables, solidaridad , respeto a si mismos y a los
demás, enriquecimiento personal día a día…
Mi
propuesta sería innovar con la creación de un nuevo sistema que
integre y desarrolle en los actuales modelos de educación infantil,
las cualidades intrínsecas con las que el niño nace: Amor, Ilusión
y Motivación desde sus primeras etapas.
Un
sistema o modelo integrado de educación global, en el que adultos,
padres, educadores trabajen conjuntamente para que los niños
descubran y preserven el Amor y la ilusión por la vida, enseñarles
a desarrollarlo y que aprendan a hacer de ese Amor su principal valor
y motor para todas sus etapas y experiencias de vida personal y
profesional. Esto es un verdadero sistema de enseñanza para la
Vida, que parta de cultivar la ilusión de aprender y enseñar
queriéndonos a nosotros mismos, enseñando a los más pequeños a
ser libres y autónomos, a vivir y decidir lo mejor para ellos sin
condicionantes sociales, económicos… Esforzarnos para que sean
capaces de identificar, luchar por sus sueños en vez de idealizarlos
y abandonarlos, de trabajar en su formación como personas ante todo.
Hablo
de un sistema de enseñanza capaz de formar a niños y jóvenes
seguros de si mismos y no victimas del miedo, del temor, de la
inseguridad, de la eterna lista de preocupaciones de un adulto. Solo
así las próximas generaciones no serán victimas emocionales y
materiales de una crisis económica como nos está ocurriendo
actualmente. De otra forma no podremos nunca evitar que se conviertan
en muchos casos en personas fustradas y sin objetivos claros en sus
vidas.
Para
ello quizá deberíamos empezar, aprendiendo nosotros adultos a
redescubrir y cultivar aquello que perdimos. Si de verdad queremos
implicarnos en una educación de calidad para los niños hay que
empatizar y volver a sentirnos como tales. Y para ello ¿qué
mejores maestros que nuestros propios hijos?
Creo que tenemos mucho que aprender de estos pequeños y olvidados
maestros.
Personalmente para mi esto significaría volver al “KM CERO”, esto es dar a los más pequeños desde sus primeras etapas de desarrollo, la oportunidad que nosotros adultos, nuestra sociedad, instituciones, gobiernos nos hemos quitado: “La oportunidad de aprender a Vivir ante todo con Amor”, con una auténtica meta alcanzable “Vivir cada día plenamente a fin de llegar a ser Seres Humanos felices y realizados en todo lo que hagamos”, anteponer esta regla de vida a todo objetivo material, económico, norma o regla social”.
Agradecimientos:
Quiero
agradecer a Damián Alvarez y a Beatriz Pallés, por darme a través
de este Sistema, de sus blogs, terapias, clases y consejos, la paz
interior y lucidez necesaria en mi vida, que me esta permitiendo distinguir lo verdaderamente
importante, recapacitar sobre cual es mi verdadera esencia
y misión como persona y desde ahí sacar valor para parar y
enfrentarme a lo nuevo y desconocido. En definitiva por darme
herramientas para ser libre y comenzar a buscar mi verdadera esencia
y a vivir y emprender cada día de mi vida con mucho más Amor hacia mi
misma y hacia los demás. Gracias!.
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